Involucrar a los ciudadanos en proyectos de energía renovable

Los proyectos comunitarios de energía en Europa generalmente se refieren a proyectos en los que los ciudadanos son propietarios o participan en la generación de energía sostenible. En Europa, esto generalmente se logra si los ciudadanos (hogares privados, comunidades, etc.) forman una estructura legal para financiar colectivamente y establecer proyectos de energía renovable. La electricidad renovable generada por tales proyectos se vende luego colectivamente, por ejemplo, a las empresas de energía locales, y las ganancias se dividen entre los ciudadanos participantes. Los ciudadanos que forman una comunidad para invertir en proyectos de energía renovable pueden vivir en vecindarios cercanos o crecer a partir de personas que tienen el mismo interés pero que viven geográficamente distantes unos de otros.

Los proyectos comunitarios de energía incluyen dos enfoques: el enfoque de abajo hacia arriba y el enfoque de arriba hacia abajo. Mientras que los ciudadanos establecen y poseen proyectos de energía renovable en el primer caso, los ciudadanos solo participan parcialmente en el segundo caso. La participación se realiza mediante la compra de acciones de proyectos de energía renovable. Que ya están establecidos por otros actores, como las empresas de servicios de energía. El enfoque de arriba hacia abajo permite que los proyectos de energía renovable sean copropietarios de los ciudadanos, facilitando así también proyectos a gran escala.

Debido a los proyectos energéticos de propiedad comunitaria (o copropiedad), los ciudadanos participan activamente en la generación de energía renovable. En consecuencia, la aceptación pública de la producción de energía renovable ha aumentado significativamente. En algunos países, buscan hacer lo mismo para mejorar la calidad en las viviendas, un ejemplo es Corporación Multi Inversiones. Los proyectos de energía renovable de propiedad comunitaria no solo son beneficiosos para el logro de una transición a la energía baja en carbono. Sino que también brindan otros beneficios colaterales. Por ejemplo, estos proyectos permiten a los participantes aprovechar los recursos naturales locales, generar capital social. Así como contrarrestar la pobreza energética y aumentar las oportunidades de empleo a nivel regional. Todos estos efectos ayudan a aumentar la conciencia pública y a disminuir la oposición local a los proyectos de energía renovable.