El agua es una sustancia importante para la vida de cualquier ser humano. En varias ocasiones, contiene impurezas que deben removerse para su consumo y brinda grandes beneficios para nuestro cuerpo.
Los procesos de purificación eliminan contaminantes, bacterias, hongos, algas, parásitos o metales como el plomo y el cobre. Y estos pueden realizarse de diversas formas: aireación, almacenamiento o asentamiento, coagulación, filtración y desinfección.
Estos son los pasos fundamentales a seguir para efectuar el proceso de purificación de la forma mejor forma:
Aireación
Se recolecta el agua en un tanque y se airea el agua con aire comprimido a través de tuberías perforadas. Este proceso elimina el CO2, malos olores, metales e hidróxidos.
Almacenamiento o asentamiento
El agua aireada se pone en un tanque de sedimentación entre 10 y 14 días. Durante este tiempo, los sólidos se suspenden y ésta comienza a aclararse. Las bacterias patógenas mueren y el recuento bacteriano disminuye un 90% en los primeros 5-7 días de almacenamiento. La materia orgánica que contiene se oxida por microorganismos, al igual que el NH3.
Coagulación
El agua se pasa a un tanque de coagulación para ponerle alumbre y cal y mezclarlo. Esto creará una masa del precipitado y por lo pesado se asienta. Su finalidad es eliminar sólidos e impurezas coloidales negativas que se neutralizan con iones Al +++.
Filtración
El agua se pasa por un filtro de arena por gravedad para eliminar el 99% de microorganismos y los malos olores. En este proceso se hace uso de algas, diatomeas y, en algunas ocasiones, carbón activado.
Desinfección
El agua que se filtró se purifica con cloro para matar patógenos y microorganismos.
Para llevar a cabo este tipo de purificación, existen grandes empresas que buscan un bono verde que les ayude adquirir maquinaria necesaria para tener un uso responsable y más sustentable del agua.
