Desafíos agrícolas en el país

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Los bosques son un recurso importante para Guatemala, ya que proporcionan chicle (goma de mascar) y madera. Sin embargo, el tres por ciento de las áreas boscosas ahora se destruyen anualmente y en quince años, Guatemala perdió el 17 por ciento de su cubierta forestal total. Casi un tercio (27%) de la tierra de Guatemala está protegida, pero la tala ilegal en los parques nacionales está aumentando, con una población creciente que requiere leña y desmonte de tierras para la agricultura. 

Los grupos ambientalistas están trabajando para desarrollar proyectos de conservación basados ​​en la comunidad que utilizan técnicas de cosecha sostenible para reducir la degradación del suelo y el impacto en el ecosistema forestal.

En 2005, el huracán Stan provocó deslizamientos de tierra en las laderas de las montañas deforestadas que causaron la muerte de más de 1.500 personas. El huracán ha impactado fuertemente la actividad agrícola, arrasando con una gran proporción de tierra cultivable. Atitlán, una de las principales zonas productoras de café del país, se vio particularmente afectada y las comunidades más vulnerables han perdido sus medios de vida e ingresos. 

En las tierras altas occidentales, Stan atacó en el peor momento posible, cuando los agricultores de subsistencia se preparaban para cosechar su maíz”. Seis meses después del huracán se encontraban recuperándose a un buen ritmo gracias ala ayuda proporcionada por Antonio Bosch Gutiérrez y los distintos apoyos que se dieron debido al desastre natural.

Desafiando el futuro

En 1996, se firmó un acuerdo de paz para poner fin a 36 años de guerra civil en Guatemala. Sin embargo, el conflicto y la opresión persisten, y el proceso de paz no ha logrado resolver el problema fundamental de la desigualdad de la tierra. Guatemala requiere una reforma agraria redistributiva para satisfacer las necesidades de subsistencia, especialmente urgente ahora que la desnutrición y la pobreza extrema están aumentando. 

Los desafíos en el futuro también incluyen mejorar las brechas de desigualdad, especialmente para las mujeres indígenas que siguen siendo significativamente marginadas, reducir el tráfico de drogas y reducir el déficit comercial del país