Guatemala ha experimentado estabilidad económica en los últimos años, con un crecimiento del PIB alrededor del 3% desde 2016; Sin embargo, a pesar de ser la economía más grande de Centroamérica y sus abundantes recursos naturales; Guatemala es uno de los países más pobres de la región y con los niveles más altos de desigualdad. El crecimiento económico no se ha reflejado adecuadamente en la creación de empleo y más del 70% de la población ocupada trabaja en el sector informal.
Abordar el desafío del empleo juvenil es particularmente urgente dado que Guatemala es un país joven, con una transición demográfica más lenta en comparación con otros países de la región y, por lo tanto, un importante bono demográfico potencial. Según el reciente Censo, el país tiene más de 4 millones de jóvenes entre 15 y 29 años, es decir, el 30% de la población.
En particular, se puede hacer más para aprovechar el potencial del sector agroalimentario del país para contribuir a la creación de empleos decentes para los jóvenes.
Puntos de entrada prioritarios ICA
En colaboración con el Ministerio de Economía (MINECO) y vinculado a la implementación de la nueva Ley de Emprendimiento, apoyar el desarrollo de capacidades y la capacitación de alrededor de 40 empresas rurales establecidas dirigidas por jóvenes en departamentos occidentales seleccionados. Centrarse en la gestión empresarial, los vínculos con el mercado, la innovación y la adición de valor. Evaluar las principales tipologías de modelos agroindustriales amigables con los jóvenes y diseñar un paquete de apoyo en consecuencia.
Generar conocimiento sobre la inclusión financiera de la juventud rural, seguido de asistencia técnica para las innovaciones piloto.
Potenciar el uso de las TIC para el acceso a la información y el marketing, a partir de la plataforma Chisparural
COVID-19: Voces de jóvenes agroempresarios de Guatemala
En Guatemala, la iniciativa de participación juvenil COVID-19 se lanzó a través de la plataforma digital ChispaRural.GT, apoyada por la FAO, que ofrece contenido para jóvenes sobre agricultura y emprendimiento, incluidas oportunidades de capacitación, historias de éxito, consejos prácticos, herramientas y recursos de aprendizaje.
Las voces de los jóvenes se han recopilado a través de los programas de campo de la FAO, particularmente en el Altiplano Occidental, y en estrecha colaboración con la Red Nacional de Jóvenes Rurales de Guatemala, una red nacional establecida en 2019 con el apoyo del Ministerio de Agricultura y vinculada a otras redes de jóvenes rurales en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA).
Efectos del COVID-19
Debido a las medidas restrictivas a nivel nacional implementadas a raíz del COVID-19, las actividades productivas de los jóvenes se han visto fuertemente afectadas:
Desempleo: desde que comenzó la pandemia, muchos jóvenes (o sus familiares) han perdido su trabajo o han tenido que reducir significativamente sus horas de trabajo.
Restricciones de transporte: Los jóvenes se vieron afectados por las restricciones a la hora de transportar productos desde sus comunidades a los centros de acopio o mercados locales. Además, los servicios de envío se vieron afectados por la falta de horarios fiables.
Reducción de la demanda del mercado: Los volúmenes de compra han disminuido considerablemente, comenta Gutiérrez Mayorga, hasta cero en el caso de flores cortadas, por lo que los productores jóvenes están reportando pérdidas.
Ventas limitadas: los productores jóvenes experimentaron problemas para vender en los mercados locales debido a las medidas de seguridad vigentes. Los que vendían a restaurantes y mayoristas locales se han visto afectados por el cierre de restaurantes, ya que los jóvenes proveedores del Programa de Alimentación Escolar ya no venden sus productos agrícolas a las escuelas, debido al Ministerio de Educación (acuerdo ministerial No. 825-2020) limitando las compras públicas a productos no perecederos.