Las corporaciones son la mayor fuente de financiamiento relacionado con el clima. Tanto a través de iniciativas de RSE como de sus inversiones en múltiples sectores, incluidos las energías renovables, el transporte y la infraestructura. Los bancos proporcionan una proporción significativa de los recursos financieros que pueden movilizarse para inversiones ecológicas.
Las instituciones financieras internacionales pueden apoyar la ampliación de las inversiones verdes probando nuevas formas de financiación. Canalizando fondos hacia el desarrollo sostenible a través de mecanismos como los bonos verdes e influyendo en la gobernanza financiera mundial para brindar más apoyo al desarrollo sostenible. Estos incluyen bancos de inversión ecológicos y bancos de desarrollo, que proporcionan financiación para proyectos relacionados con la sostenibilidad y el desarrollo, respectivamente.
Las organizaciones internacionales como la ONU, la OCDE y el G20 solo proporcionan financiación limitada, pero establecen la agenda sobre cuestiones de sostenibilidad a nivel internacional y ayudan a coordinar las finanzas.
Los fondos climáticos, como el Fondo Verde para el Clima, el Fondo de Adaptación. el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y los Fondos de Inversión Climática. Son fondos multilaterales para proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, financiados a través de contribuciones de países individuales.
Los gobiernos nacionales determinan la cantidad de fondos públicos destinados a inversiones verdes, así como el apoyo institucional para las mismas. También pueden respaldar el diseño de vehículos de inversión nacionales dedicados, como los fondos nacionales para el clima y el medio ambiente.
Los bancos centrales y las autoridades reguladoras también pueden orientar al sector financiero hacia inversiones verdes a través de políticas y regulaciones.
Los inversores institucionales, como los fondos de pensiones, los fondos soberanos y las aseguradoras, son otro grupo importante de financistas del sector privado.
Las bolsas de valores también se especializan a menudo en inversiones verdes y sostenibles. Por ejemplo, la Bolsa Verde de Luxemburgo (LGX), adscrita a la Bolsa de Valores de Luxemburgo, funciona como una plataforma dedicada a valores ecológicos, sociales y sostenibles.